Dolor… Sufrimiento… Odio… estas emociones siempre han estado asociadas con el pueblo de Silent Hill. Los momentos que atravesó; desde sacrificios a la Guerra Civil, hasta conflictos religiosos y sádicas ejecuciones. Las mentes de las víctimas de estas épocas rechazaron admitir la cruel realidad y descendieron hacia sus propios mundos subconscientes. Pero aún así, todo su dolor y odio vivían y continuaban su existencia en el pueblo, mezclándose, creando lentamente un solo “otro mundo” horrible, lleno de terror y monstruosidades sedientas de sangre, nacidos de mentes enfermas y heridas. Con el tiempo, la concentración de esta energía negativa en Silent Hill se volvió tan grande, que el pueblo mismo alcanzó un enorme “poder” y se convirtió en una especie de imán, atrayendo toda la energía similar, llamando a gente con oscuridad en sus corazones. “Este Pueblo te ha llamado a ti también, James”, dice Eddie.
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